sábado, julio 05, 2008

MIEDO O MALDICIÓN

Esto sucedió hace casi un mes, pero mira, nunca es tarde si la dicha es buena. Aunque exactamente buena lo que se dice buena, no sé si fue; porque casi morimos todos en el intento.
Resulta que mi madre estaba tendiendo la ropa en el tendero de la ventana de la cocina. Sí, un ventanal que da a un "ojopatio" en el que marujas y marujos avisan a la vecina del primero de que en la uno está cantando la Pantoja. (Es que esta mujer tiene un tironazo de fans en mi manzana, aunque la Jurado era, que en paz descanse la que se llevaba la palma) Ahí.
La cosa es que mi omá estaba allí tiende que te tiende con el pinganillo de la radio puesta, y a eso que se le ocurre mirar al techo y AAAARGG!!!! Un grito eterno y profundo. Tanto como la siesta que se estaba pegando mi padre en otra habitación (si estuviera durmiendo en la cocina, nuestra situación sería más que preocupante) Pero no importó la distancia, porque en cero coma dos allí estaba super papá para rescatar a la princesa de tan temible horror: una salamanquesa! Sí solo eso.
Días después hablé con una amiga de esto, Rocío. Ella me explicó que la reacción de mi madre fue la normal, yo la creí, claro. Según le contarón a Rox, si una salamanquesa te cae en la cabeza se te cae todo el pelo. Para que todos nos entendamos, CALV@. Así que gracias a la valiente hazaña de mi padre, mi madre sólo se quedó calva del susto; por lo tanto, puede seguir iendo a la pelu en cada boda que tenga. A la espera nos quedamos de que la maldición de la lagartija sea cierta, o un simple mito para que Rocío no salga nunca de su casa.

Pd: La finca de Rox en vez de tener el romántico muérdago sobre su puerta tiene salamanquesas, mucho más español que los pedantes y empalagosos hierbajos americanos esos. He dicho.

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