LOS MAGOS DE YO, 1ª PARTE

Dada estas fechas entrañablementes navideñas, he decidido soltarme los cuatro pelos que tengo por melena y publicar un texto íntimo: mi carta a los reyes majos, que no magos. Pero para vuestro disfrute pausado, he convenido (a petición de una gran mujer) hacerlo en varias post's, de esta manera no terminaréis escupiendo a la pantalla de dolor de ojos, porque yo cuando pido, pido, verdad?? Pues ahi va la perla:

Málaga, a 6 de diciembre de 2006

Queridos Reyes Magos

Han llegado las nuevas tecnologías a nuestro país, y dada mi letra ilegible, me he visto en la necesidad de redactar mis peticiones a lo que se solía denominar “máquina”.
Había pensado pedir algo para cada uno de mi familia, pero como haga eso no acabo ni el día del juicio, así que como cada uno tiene boca, que pida por ella. Yo me ciño a lo egoístamente deseado: mi lista.
De todas formas no será breve, porque tal y como se observa en la cabeza de la página, aún es seis de diciembre, de forma que desconocemos si el Gordo llenará de “leuros” nuestro hogar para pagar gastos de camellos demás portadores de paquetes... Dada esta explicación, procedo:

Este año me veo en la obligación de escribir cartas para que mi afición por el arte de narrar no se pierda. Una historia sin idea no es historia, de forma que debo proteger lo que rodea a todas mis ideas: la cabeza. ¿Y qué mejor que un gorro de lanita blanco con una flor que venden en la planta baja del corte inglés? Porque claro que el invierno malagueño se distingue por su humedad que cala los huesos, y el cráneo es el hueso más importante. He de cuidarlo y vosotros me podéis ayudar.
Sin embargo, una historia no puede ser una historia si nadie la oye, si no la cuentas. Sin la voz la historia no adquiere el matiz que el autor imprime en ella; y mi voz puede quebrarse. Para que la voz se mantenga firme, nada como la bufanda de lanita blanca de H&M de textura muy similar a la marrón que me trajisteis el año pasado; ¿no pensáis lo mismo? Seguro que sí.
Aun con todo, una historia necesita mucho más que una idea y que una voz, necesita un soporte para que nadie te la robe, porque la idea es palabra y la palabra no pertenece a nadie. Para hacerla realmente mía, debo estamparla en una hoja; pero la historia que yo cuento no es tan sencilla como para bastarse con un lápiz y un papel. Ojalá fuera así. En realidad es mucho más complejo, se necesita de una maquinaria con mucha memoria, poco espacio, fácil de transportar y con una excelente dotación para el audio y el video; y no hay algo mejor en relación calidad- precio- tiempo que un ordenador mackintosh que consta de pantalla, teclado y ratón; careciendo de base o torre por integrarse el disco duro y la grabadora de DVD en la pantalla. Toda una revolución que en el corte inglés se puede encontrar y pagar en cómodos plazos.

Hasta aquí por hoy... por cierto, si alguien se anima aun esta a tiempo de elegir que prefiere traerme por "yeyes"... Mañana más... y quien dice mañana dice un par de días...